Os coloco en este sitio público, con este título anónimo, porque no sé vuestros nombres: Ni siquiera os conozco más allá de los diez minutos de comportamiento que me ofrecisteis, en el primer día de esta semana, en el pequeño parque que hay frente a la biblioteca de la Cova Gran. Estos son los únicos datos que de vosotros puedo aportar. Estos y los de dos niños de ocho o diez años que jugaban en el parque mientras vosotros halabais de fútbol al sol y sombra de las últimas horas de este raro invierno.
Los niños, su educación, no es solo responsabilidad de la escuela. Y más a esa edad. Los niños, están llenos de vida, de vigor, y los padres tenemos que encauzar esa energía para que de mayores sepan usarla. Así, cuando la señora que pasaba por allí recibió un pelotazo en la cara, y se os quejó del hecho, la respuesta que disteis los dos –sé que sois los padres porque vuestros hijos os llamaban papá, a cada uno el suyo- no fue la correcta. Dijisteis a la buena mujer que aquello era un parque y que vuestro hijos solo jugaban. Luego seguisteis hablando de lo mal que va el Valencia, sin hacer un solo reproche a las criaturas, ni retirarles el balón, que pronto dejaron por su cuenta para golpear con una pesada piedra, que no sé de que rincón sacaron, a un columpio. Pronto desistieron de su intento porque el peso del pedrusco, les impedía manejarlo a su gusto..
Al final, cuando supongo encontrasteis la solución para que el Valencia encuentre su sitio, os levantasteis, y anunciasteis a los niños que “para casa”.
Fue entonces, cuando el niño de mayor estatura, sacó una bolsa de basura que estaba colocada en una papelera revestida de madera, y sin volcarla –menos mal- la dejaron en el suelo. Y fue entonces cuando yo, colgué el teléfono por el que hablaba y os dije que como dejabais hacer esas cosas a los críos. Uno, me respondisteis, que las papeleras, el parque, el columpio, eran vuestros porque lo pagabais con vuestros impuestos. El otro me invitó a que lo colocara yo en su sitio. Eso fue lo que hice, como bien sabéis. Sin más, os alejasteis del lugar. Vista vuestra forma de hablar y de proceder, no me cabe duda de que ni leeréis este artículo, ni ningún otro, salvo tal vez alguno deportivo.
Pero os digo, que vosotros, por vuestra edad, sois el presente de Paterna, y vuestros hijos, por la suya, son el futuro. Y digo, que no me gustáis como presente, porque conozco otro mejor, mas concienzudo y con más empeño en la educación infantil.. Y el futuro de vuestros hijos mañana, puede ser una prolongación de vuestro presente de hoy.
El municipio, sus mandatarios, nos ponen dotaciones a nuestro servicio, que naturalmente las pagamos con nuestros impuestos. Es decir, son de todos, y entre todos tenemos que cuidarlas para poderlas disfrutar.
Os dejo en este rincón de pensar durante toda una semana, para que lo dediquéis de una vez a salvar al Valencia, y si os sobra tiempo, en reflexionar sobre vuestra responsabilidad en la educación de vuestros hijos, en el civismo, en la solidaridad, en fin en esas pequeñas tonterías que nada os importan.
