Nació y creció en Paterna, entre calles donde todo el mundo se conocía y los juegos de infancia se mezclaban con sueños de futuro. Desde pequeño, Javier Satorres tenía claro que quería dedicarse a cuidar sonrisas. Hoy, tras más de veinte años al frente de Satorres Clínica Dental, es uno de esos profesionales que han hecho de la cercanía su mejor carta de presentación. “Soy de aquí, del pueblo, y me gusta que la gente sienta que está en su casa cuando entra en la clínica”, confiesa.
Su vocación nació de una experiencia sencilla: una visita al dentista cuando era niño. Aquel gesto amable del profesional que lo atendió fue la chispa que encendió su camino. Detrás llegaron los años de estudio, las noches de sacrificio y, después, el reto de emprender en su propia tierra. “Estudiar fue duro, pero más lo fue empezar a trabajar y demostrar que podía hacerlo bien”, recuerda con una sonrisa.
Hoy su clínica, en la calle Mariana Colás, acaba de estrenar una ampliación pensada para ofrecer más comodidad a los pacientes. Nuevas salas, un espacio infantil donde los más pequeños disfrutan de su visita al dentista y una recepción luminosa que refleja esa filosofía de atención personalizada. “Queríamos que venir al dentista fuera una experiencia más amable, incluso divertida para los niños”, explica.
De todas las áreas que abarca su profesión, la estética dental es la que más le apasiona. “Es donde más disfruto, porque combina precisión, arte y sensibilidad”, comenta. En su día a día, la odontología digital, la implantología inmediata, la ortodoncia invisible y los tratamientos estéticos con carillas dentales son protagonistas. “Hoy podemos mostrar al paciente cómo quedará su sonrisa antes de empezar el tratamiento. Eso genera confianza y resultados más reales”, afirma. Pero más allá de los avances, insiste en que la clave sigue siendo la confianza. “La relación médico-paciente es lo más importante. No hay tecnología que sustituya eso”.
Al despedirse, vuelve a hablar del equipo que le acompaña y del vínculo con sus pacientes. “Todo lo que hemos logrado es gracias a ellos, a su confianza y al trabajo de mi gente. Me gusta pensar que no solo cuidamos dientes, sino también emociones”. Y quizá por eso, cada sonrisa que sale de su clínica lleva un poco de Paterna en ella.
