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Chica Sobresalto arranca su gira en València con una dosis de adrenalina y conexiones sinápticas

El pasado 15 de mayo la navarra llenaba el escenario del Teatro Plazeta con su sondo eléctrico en el primer concierto de la gira con la que presenta "Sinapsis" su nuevo trabajo de estudio.

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Maialen Gurbindo, Chica Sobresalto, prometía verdad y sorpresas en el escenario. Y lo cumplió con creces.
Chica Sobresalto saltaba literalmente al teatro La Plazeta enfundada en un abrigo azul eléctrico con estética futurista y un estampado lleno de “conexiones sinápticas”. Armada con botas militares y pinturas de guerra, Maialen Gurbindo
“Vamos a hacer como que esto no ha pasado, no lo contéis”, pedía a un público expectante ante un pequeño fallo técnico.
Pero lo que pasó el sábado 15 de mayo en València merece ser contado.
“Somatropina” fue la primera canción que sonó el pasado sábado en el Teatro la Plazeta. A ella le siguieron el resto de éxitos de “Sinapsis”, el último disco de la navarra. “Adrenalina”, “Dopamina”, “Serotonina” fueron otras de las hormonas que estuvieron presentes en forma de versos y acordes. Tampoco faltaron, guitarra en mano, los temas de su primer trabajo, “Chica Sobresalto”, como “Navegantes”, “O2”, “Menosperdida” o “Pérdoname cuerpo por esta cabeza”, que emocionaron al público. 
El concierto de Chica Sobresalto fue la mejor presentación de su nuevo trabajo. Sobre el escenario, Maialen Gurbindo  tuvo la oportunidad de hablar de cada canción, del proceso de composición, y del significado detrás de cada una de ellas. De la nana dedicada a su abuelo que escuchamos en “Melatonina”, o del testimonio de una mujer con endometriosis que recoge “Progesterona”. 
Durante todo el concierto, Maialen Gurbindo se mostró cercana y sincera con el público. Desde las historias que envuelven cada canción que nos regalaba en directo, hasta las sensaciones y emociones que la embriagaban en este primer concierto de su gira. 
Chistes, chascarrillos y reivindicaciones. Y también hubo espacio para las confesiones y la catarsis.
Cada canción de Chica Sobresalto iba dedicada a “los parguelas”, a aquellos que se sienten los últimos, a los que no eligen en el recreo. A los que les cuesta sobrevivir en el proceso de “Selección Natural”.
La humildad que desprende en sus letras es tan real como la capacidad de Chica Sobresalto para empatizar, conectar y hacer sentir especial a su público.
Y por eso, con las “Inconstantes vitales” a cero, Maialen se convierte en una increíble superheroína.
Los espectadores y espectadoras de La Plazeta fueron los primeros en ver el nuevo traje de Chica Sobresalto. Enfundada en un body morado con detalles retro-futuristas y con una capa de tul rosa, Maialen se transformaba en esa mejor versión de sí misma que dice buscar a través de sus canciones. Una transformación completa del traje con el que comenzó su andadura. 
La aparición de la nueva Chica Sobresalto sobre el escenario marcaba un punto de inflexión en el concierto. La artista se soltaba el pelo, literalmente. “Venimos de los garitos, y vamos a demostrarlo”, advertía la Maialen más canalla. Empezaba así un subidón de “Oxitocina” que culminaba con una sensual y sugerente versión de la mítica “Gózame Ya” de Susana Estrada.
A Maialen le aburre el momento “otra, otra” del final de los conciertos. Prefiere ir de cara y advertir de que queda poco para que caiga el telón y se disipe la magia de esa chica mujer eléctrica. Y por eso pidió al público cambiar ese momento por algo más divertido…
Después de convertir a los fans en sultanes a ritmo de “Chico Efervescente” y su baile del Sultán, a petición de Chica Sobresalto, el teatro se venía a abajo con una improvisada cover del “Tractor Amarillo”.
El momento más íntimo y cercano del concierto llegaba con los acordes de “Endorfina”, que Maialen interpretó sentada en la rampa del Teatro Plazeta, cara a cara con su público, buscando las miradas cómplices de las primeras filas, bajando pulsaciones, retomando la respiración para preparar el momento final.
Y qué final.
Apenas unos momentos después de cantar las últimas notas de Endorfina, la energía se sobrecargaba en el escenario porque llegaba el momento de  vivir una auténtica “Fusión del Núcleo”. Las voces del público se mezclaban con el sonido eléctrico de la banda y el talento de Maialen. El teatro se sumergía en un “clima tropical” gracias a la energía que desprendía cada molécula de la artista.
Pero nadie quiere salir corriendo ni abortar la misión. Chica Sobresalto llega en su nave nodriza para hacer que nuestro sistema nervioso se ponga en ebullición. Sálvese quien pueda, que nosotros, no. 
Tras pasar por la capital valenciana, Chica Sobresalto seguirá haciendo estallar emociones en sus conciertos de Barcelona (23 de mayo), Zaragoza (27 de mayo) y Madrid (29 de mayo).

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